No se si fue un sueño, o no. Mientras dormia el viento había llegado, y no lo sentí pues fue muy sigiloso y delicado. Sin embargo, con mis ojos entre abiertos lo vi dandome conforto, abrazandome, tocando mi piel, mis labios, acariciando mi cabello y mis mejillas. Mientras me protegía del sofocante calor me preguntó si lo invitaría a mi mundo de cristal, pues en su mundo no habían otros vientos para hacerle compañía, él era el único y se sentía solo. Me dijo que quería aprender de mí y mi mundo, queía saber como era vivir en el, tenía curiosidad de compartir algo conmigo pero no estaba seguro de poderlo hacer estando en mundos diferentes. Recuerdo que le había dicho que era bienvenido, siempre y cuando fuera cauteloso y cuidadoso, porque el cristal puede romperse. El viento me dijo que sería precavido pero que no garantizaba nada, pues somos de mundos distintos, mas si iría a mi ritmo ya que, al fin y al cabo, es mi planeta.
No se si fue un sueño, o no. Se que el viento aceptó mi invitación. Espero que le guste andar en mi mundo, así como espero que vea las cosas positivas y negtivas de él y, aun así, no quiera irse. Pocas veces mi puerta de cristal es abierta para otros; no obstante, la puerta esta abierta para el viento entrar y hacerme compañía.